La Llave perdida
Viendo un caption en Bdsmlr, en la pagina de Chastity Beach que adoro, se me ocurrió esta pequeña historia. Dejo el link para que lo sigan:
https://chastitybeach.bdsmlr.com/
El caption esta al final para evitar spoiler y ahora la historia:
Eran
pasadas las 8:30 cuando Lucas volvió de hacer unas compras al apartamento que
había compartido junto con su novia durante estas vacaciones. Este era el último
día y debían entregarlo en condiciones antes de las 10 de la mañana. Además,
debían llegar a la terminal 10:30 para tomar el bus que los llevaría de nuevo
al hogar. Tenían el tiempo justo, por eso habían ordenado todo el día anterior
para no tener que correr a último momento.
Su sorpresa fue mayúscula cuando al entrar encontró todo revuelto. Toda
la ropa desparramada por el suelo, los cajones tirados en el piso, los sillones
dados vuelta, ¿qué había pasado? ¿habían entrado ladrones en su ausencia?
corrió por los cuartos con el corazón en la boca buscando a Paula, rezando
porque ella estuviera bien.
Al entrar al dormitorio estaba Paula semidesnuda tirando la ropa del
bolso sobre la cama.
-Mi amor ¿qué pasó? ¿por qué está todo tirado, todo revuelto? Nos
tenemos que ir en menos de dos horas....
Paula se da vuelta con la cara colorada. Los ojos le brillan como si
estuviera a punto de llorar.
- Es que.... promete que no te vas a enojar.
Lucas estaba confundido, porque ella había hecho ese desorden, porque
estaba tan alterada. Respiro profundo y trató de tranquilizarla.
- Esta bien amor, lo que sea lo resolveremos, contame que pasó
- Promete que no te vas a enojar.
- Te prometo que no me voy a enojar, amor. Ahora decime que pasó
- No encuentro la llave.
- Si yo tengo la llave, la use para salir a comprar.
-No tonto, no esa llave, LA llave. Tu llave.
La cara de Lucas se transformó en un segundo. Y en un segundo también
por su mente pasaron mil emociones, desde el enojo hasta la angustia. Desde el
temor a la depresión y el abatimiento. Ella había perdido la llave de su
dispositivo de castidad. Era una llave única y si bien no existía el
dispositivo inescapable, este se le acercaba mucho. Hecho a medida en acero
inoxidable quirúrgico, el calce era tan perfecto que era prácticamente
imposible meter alguna herramienta entre el dispositivo y la piel de Lucas. Y
como sistema de seguridad adicional tenía un inserto que se introducía por
debajo del pene y salía por la uretra en la parte delantera del dispositivo
como si fuera un piercing, pero que era parte del aparato. Una vez cerrado era
muy difícil que se pudiera sacar. Por eso Paula había gastado varios cientos de
dólares en él.
-Pe.… pe… pero cómo ... que se perdió. Logró articular con cierto
esfuerzo. - Lucas bajo la cabeza y con una voz casi inaudible continuó
-
En estos 15 días no me dejaste acabar ni una vez. Hice todo, me porté bien, a pesar
de lo dura de verte en bikini todo el tiempo, y de complacerte casi todos los
días.... y ahora esto. Lucas levantó la cabeza y la miró y ahora sus ojos eran
los que brillaban. Estaba por empezar a llorar. - Ya hace más de un mes que
estoy esperando.
- No se amor, no pasó a propósito. Yo siempre la tengo en la cadenita
que me regalaste, la de cupido, pero para que no se pierda en el mar me saqué
la cadenita y la dejé en la mesa de luz. Pero hoy me la fui a poner y estaba la
cadenita, pero no la llave. Ya revisé todo, no está.
-Pero si no la sacaste de acá tiene que estar acá. Vamos a revisar de
nuevo.
-Lucas no hay tiempo. Ya nos tenemos que ir. Y ahora tengo que recoger
todo. Si ni siquiera me bañe todavía
-Por favor, bañarte, ¿en un momento como este?
-Ya no me gusta cómo me estás hablando. Ya te dije que yo la dejé
guardada y ahora no está. Y sí, me gusta bañarme antes de viajar. Quiero
sentirme fresca.
-Está bien, discúlpame, es que estoy sorprendido por la noticia. Pero si
no aparece ¿qué vamos a hacer? Podemos pedir una copia a la empresa que fabricó
el dispositivo.
Paula negó con la cabeza
-
No, no. Por contrato ellos mandan solo una llave con el aparato y solo una
copia como repuesto por cada dispositivo, según su número de serie. Es para
evitar que los hombres hagan trampa, ¿recordás? Y nosotros ya pedimos ese
repuesto cuando se rompió la llave original.
Lucas lo recordaba muy bien. Tuvo que esperar más de tres meses en esa
oportunidad entre que Paula pudo realizar todo el trámite y la demora de la
empresa y del correo. Fue una tortura porque hasta ese momento sus encierros
rondaban de 7 a 15 días. Sin embargo, después de eso Paula supo que él podía sobrevivir
a periodos de abstinencia más largos y eso hizo que el promedio del encierro
pasara a más de 30 días.
- Bueno, no perdamos más tiempo, le dijo tratando de tranquilizarse y
tranquilizarla. Vete a bañar y por favor revisa en el baño, quizás se cayó ahí.
Mientras yo buscaré acá y voy ordenando. ¿Te parece mi amor?
Si, así me parece mejor. Le dijo Paula y para mostrarle que no había
resentimientos le dio un abrazo y lo besó apasionadamente antes de tomar una
toalla y meterse al baño. Lucas a pesar de la situación ante el contacto de la
piel de Paula se comenzó a excitar, aunque el dispositivo le recordó que no
podía tener una erección en ese momento. Y quizás nunca más pensó.
Se puso como loco a buscar por todos lados. El tiempo corría y con cada
minuto él estaba más nervioso y preocupado. Aún si solo tuviera que ordenar
todo lo que tiro Paula a duras penas tenía tiempo. Pero la motivación era alta.
Buscó, ordenó, guardó cada cosa en su lugar, trató de ser sistemático para
evitar tener que revisar todo dos veces. Luego barrió todo y nada. Revisó cada
florero, cada botella cada adorno, cada cenicero y nada. Movió las mesas,
roperos, camas, y nada. Reviso mientras doblaba toda la ropa y volvió a
revisarla antes de guardarla en los bolsos, y nada. Incluso tiró todo lo
que había en el cesto de residuos y lo revisó antes de volverlo a tirar.
Pero todo fue en vano.
Cuando ya solo faltaban 10 minutos para tener que dejar el departamento
Paula salió del baño, aún desnuda, y mientras se secaba el pelo el movimiento
de sus pechos hipnotizaba a Lucas. Ella levantó la cabeza y sonrió al ver la
cara de baboso que ponía su novio al mirarla desnuda.
- ¿Te gustan? le dijo mientras se las mostraba enmarcadas por sus brazos.
- Si no fuera que estamos apurados te dejaría que les pongas mi crema
humectante.
Lucas asintió como perdido en esas bellezas, pero un nuevo intento de
erección le recordó que debían encontrar la llave. Ya el tiempo estaba casi
agotado.
- Y la llave? - le pregunto Lucas – ¿pudiste ver en el baño?
- A la llave, cierto. ¿Sabés qué?
- La encontraste - dijo Lucas con una esperanza dibujada en su rostro.
- Jaja, no mi amor. Perdón, no te quería ilusionar. No, lo que te quería
decir es que estuve pensando. Y por más que le doy vueltas al asunto, no
encuentro una solución. Si no encontramos la llave quizás debamos empezar a
analizar la castidad permanente como una opción. Yo puedo vivir con eso, ¿y
vos?
Como única respuesta Lucas bajo su cabeza y comenzó a sollozar por la frustración.
Sabía que sin la llave sería muy complicado sacarse la jaula. Y eso siempre y
cuando Paula quisiera, cosa de la que él no estaba muy seguro por sus
reacciones. Aunque quizás en algún momento se diera todo, él sabía que llevaría
meses arreglarlo
Ella se acercó y lo abrazó y así se quedaron un instante, hasta que el
celular sonó para avisarles que el taxi que los llevaría a la estación ya
estaba en la puerta.
Mientras Lucas fue a cargar las cosas al taxi, Paula se terminó de
vestir y miró por arriba para asegurarse que no se olvidaran nada más. En ese
momento vio un adorno, una pequeña escultura de un ángel que era igual a una
que tenía su madre. Y sonrío. Entonces salió del departamento, y le dejó las
llaves al portero antes de subirse al taxi donde Lucas ya la estaba esperando.
Mientras
emprendían el viaje pensó en cómo se podía haber olvidado que, en ese pequeño ángel
de yeso de la casa de su madre, en un pequeño hueco que tenía debajo ella había
guardado la llave antes del viaje para no tentarse de abrirle la jaula a su
novio antes de tiempo. Estaba a punto de darle la buena noticia a Lucas, pero
prefirió callar. Quizás Ella podría olvidarlo por un par de meses más y ver a dónde
los llevaba esta nueva aventura.
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